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lunes, 3 de septiembre de 2012

Sueños hechos realidad...


Con la vista puesta hacia el lado opuesto de mi camino de regreso, ya veo alejarse de mis apenados ojos  el verde que me conciliaba el vivir . Correspondía  esos prados verdes y esas montañas sin final al color de la vida, de la esperanza, de la ilusión... al deseo de estar preso por el primordial aire de libertad que ha dado el transcurrir de unos días cargados de autentica alusión a lo que sería estar libre como el viento. Momentos enternecedores en una tierra desconocida que han paliado la nostalgia de viajar y refrendar que querer es poder sin pensar en las consecuencias futuras.
Ahora una lágrima me acompaña. El recuerdo se rememora en mi visión perdida en la lejanía. Todo lo añorado se hace frescor en mi cuerpo despoblado de pensamiento de realidad . Sólo tengo mi mente puesta  en la hortensia que florece en la mañana, en ese mar bravo que da suavidad a los cuerpos desnudos, en esa frescura que ha calmado el desgarrador calor del sur.
Respiro en la mañana. Mis ojos puestos en el horizonte desean ver lo que las mañanas daban. Ver como la niebla era la compañera que saludaba al despertar. Notar como la cálida lluvia daba una melancolía al día....ahora el sol lo cubre todo. La calor desnuda mi cuerpo y no quiero salir a ver el mundo. Una gente que se apresura en sus quehaceres para evitar el caluroso manto que expande un sol incombustible.
El verde de los montes se ha convertido en olivares sedientos y expectantes a una lluvia que no llega. La tierra árida desdibuja mis ojos y mi mente se evade a la resplandeciente hierba que luce entre campos de maíz y pactos para que unas vagantes vacas disfruten de la paz mientras comen en libertad.
Surge el frescor en mis pies. No por la bajada de la temperatura de mi tierra, sino por el recuerdo de estar paseando por la orilla del mar. Entre las olas que llegaban para hacerme sentir como si un sueño se hiciese realidad, sentía como mi pecho era impregnado de una respiración llena de pureza. Mi adentro se abría a cada bocanada de aire del Norte lo que me hacía sentirme elevado en la satisfacción y en alcanzar un peldaño más en la vida. El ruido de las olas no dañaban mis oídos. Era como una melodía sin pesadumbre. Recorría los ríos de mi cuerpo con sensaciones como si fuese un beso de mujer.
¡ Qué lejos queda todo !
Ahora el calor cambia mi semblante. Se demacra el latir de mi corazón y quiero bañarme en recuerdos para que pase pronto el tiempo. Necesito dejar la pesadez de los pensamientos hostiles  y empaparme del valor para expandir mi visión a una tierra que satisface la convivencia. Modificar el transcurso del vivir y armarse de fortaleza para hacer de unos días el apetecible recuerdo de todo un año. Hay que gestionar la vida para el disfrute de esas emociones que nos aguardan en determinados lugares  y así hacer del paso de los años una positiva existencia. Quedará el recuerdo porque tu corazón pertenece a una tierra muy lejana de la añorada pero lo vivido es algo que ni el tiempo se apoderará de ello.
Ya mis lágrimas se han evaporado. La sonrisa calma mi pena. Como dijo una voz en estos días de felicidad: -  " mi tierra está aquí, no se la van a llevar y siempre podrás venir" -
Armaré mi  cuerpo de valor llegado el momento y emprenderé un nuevo conocimiento. Esa tierra soñada, esa tierra querida, esa tierra que me embriaga.....esa tierra que me da alegría será un objetivo a perseguir. Dicen que alguna vez se cumplen los sueños, igual está vez me toca la recompensa de lo soñado...

---- paco polonio ---

1 comentario:

  1. El tiempo es un gran aliado. Va cerrando heridas pero el recuerdo con la cicatriz que dejó esa brecha tan dolorosa, no se borra y nacerán nuevas ilusiones para deja recuerdos bellos entre esos que quisiéramos olvidar para volver a sentir la hierba fresca bajo los pies y alcanzar ese sueño...y después, volverán a surgir otros.
    Me ha conmovido mucho tu entrada

    Saludos

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