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sábado, 20 de octubre de 2012

Carta hacia la libertad.


Hola.
Hoy seré silencio...
Haré que la ética de la realidad hable por mí mismo.
No sé lo que hago en cuanto al trascender que sostiene la utopía de mi existencia y si es correcto o no, pero las especulaciones que se debaten en la idiosincrasia de mi prudencial persona afloran para ser expuestas ante ti. 
Sólo quiero que veas la consagración de mi alma a la palabra libertad. Cuando he visto alejarse los pasos que te guiaban hacia un extraño lugar, me he sentido como liberado de cadenas tormentosas. 
Podría escribirte, en el adiós, los versos más tristes que mano alguna hayan escrito. Derramar por mis mejillas las lágrimas del dolor y suplicar a la providencia para que no te fueses ... pero, ¡ escucha mi corazón como late !. Cada latido lleva implícito el desplome de tantas solemnes tragedias convividas, tantos desordenes emocionales, tanta ingratitud que has derramado y por tantas disyuntivas hacia mi amor, que has logrado deformar la unión que me ataba a ti.
Al estupor que causará las acciones que contemples por mi nueva actitud, me sentiré libre y volcaré toda mi vida en disuadir de mis recuerdos los pesares que tú me has dado... pasado el tiempo, percibirás lo que me haces vivir. Veras tus pasos camino de mi olvido.
No quise enamorarme, mas ¿ qué culpa tengo si me sentí engañado por el destino al encaminar mi alegría al sabor de tus besos ?, ¿ Dónde guardar mis ojos para que no viesen los tuyos ? ¿Cómo reprochar a mi corazón sin saber de la futura malicia que entraría en tu pecho ? ¿A qué lugar mandarlo para hacerte olvidar el cariño de un principio?. 
Cierro los ojos y hablo a la luna pues ella sabe cómo te adoro, pero nuestros caminos no van en el mismo sentido y mi espíritu, ya no deseaba ser más castigado. 
Sentiré pena no verte pero estas dolencias que llevo en mi adentro no se mitigan con lamentos y luego olvidar. Ahora soy yo quien requiere la libertad para vivir en un espacio sin hostilidades ni misterios.
Cuando vi tus pasos alejarse, me acogió el valor para sentirme hombre y persona, algo que había perdido al estar a tu lado. A veces, mi sueño se aleja de la razón. Quiere adherirse a la voluntad de ir en tu búsqueda pero llega la mañana y el sol alumbra mi cordura para decirme que estás lejos. Inspiro el olor de la calma y la paz me lleva a vivir un esplendoroso día.
Adiós, que te vaya bien..

---- paco polonio ---

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