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viernes, 28 de septiembre de 2012
Tus besos son miel en mi cuerpo.
Estoy a merced de tus manos, de tu boca, del ardor de tu deseo... de la gratificante pasión que siento cuando estoy disfrutando de tu compañía.
Quiero estar contigo y amarte toda la noche.
Las miradas se suceden. Una sagaz intimidad recorre cada gesto de unos ojos entusiasmados en el ardoroso ambiente creado por besos y caricias nocturnas. Nuestros cuerpos obedecen, sin titubear, al crecimiento pasional y se detienen las palabras en unos ojos que hablan.
Surge un guiño encaminado a lo que se añora. Sentir cerca tu amor es el liquido que calma mi sed . Quiero hacer de la noche una fantasía mutua donde sucumbamos, el uno en el cuerpo del otro, al tolerante fuego que nos abraza.
Ya en la cama, y sin adentrarme en la indecisión, desprendo de tu figura la ropa que cubre tu torso. El calor nos va pudiendo lentamente. Es veneración lo que siente mis ojos al ver tu piel . Tenue claridad que llega a mi adentro.
El mutismo de las bocas dan paso a unos suspiros pretenciosos. El estado de impaciencia acapara el entusiasmo de las caricias que se deslizan por la desnudez. Estalla el placer. Los pezones se vuelven duros por una brisa que corre y resbala por una piel que se va humedeciéndose por los besos.
Los labios se unen. La fogosidad se delata en el aliento de unas bocas que se buscan.Las lenguas se sumen en el gusto y se llenan de amor. El desequilibrio emocional es un brotar de felicidad.
Un cosquilleo bajo el vientre, da una profunda alarma al motor de mi cuerpo. Expuesto a tu sumisión, soy un espasmo de delirio y me hallo en un encantamiento indescriptible.
Enloquecemos en los besos. Los juegos labiales provocan sensualidad y surge mordiscos suaves que provocan el escalofrío sin dolor. Son momentos en que el temblor nos acoge.
En el camino de la efusividad, te veo.
Sufro de una gélida explosión de amor. Mis pupilas se engrandecen al mirarte en la apagada claridad de unas luces que dan un acogedor ambiente. Me siento tan feliz que no reparo en el tiempo.
Enajenados nos encontramos y es lo que nos encamina hacia el punto álgido del enloquecimiento sexual. En mi adentro solo resuenan las palabras de tu boca. Me desvanezco. Cada caricia en mi pecho desnudo es un implícito regazo de mansedumbre .
Estoy exaltado por tus besos y ahora me siento cautivado cuando tu lengua recorre mi torso. Atraes mi boca a tu boca y quieres llegar a lo más oculto de mi sexualidad. Es un vicio ceremonial en el cual nos adentramos para calmar el placer requerido al encontrarnos en esa calle desierta de sensaciones.
Desnudas mi intimidad. Descubres el desenfreno al que estoy expuesto con tu presencia. Tu seducción me envuelve en la perseverancia de unos besos frenéticos que desequilibra las pulsaciones de mi cuerpo.
Te miro y chorrea por mi boca el sabor de tu boca. Verte en cada movimiento que despliegas es desgarrar el entusiasmo de mi virilidad. Cabalgo en un gusto que da vitalidad a la furia de mi deseo.
Te Amo, Te quiero. Quiero volar por las estrellas junto a ti disfrutando del amor que practicamos en el silencio de la noche .
El gozo que sale de tus labios me convulsiona. Tu brío es una carrera de prolongado delirio. Quedo reducido a suspiros y subes para mordisquear mis labios. Tus palabras siguen insinuantes. Me besas.
- ¿ Te ha gustado ? -
-¡Te amo mi bella musa de amor !-.
---- paco polonio ---
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