Con la vista puesta hacia el lado opuesto de mi camino de
regreso, ya veo alejarse de mis apenados ojos el verde que me conciliaba el vivir . Correspondía
esos prados verdes y esas montañas sin
final al color de la vida, de la esperanza, de la ilusión... al deseo de estar
preso por el primordial aire de libertad que ha dado el transcurrir de unos
días cargados de autentica alusión a lo que sería estar libre como el viento. Momentos
enternecedores en una tierra desconocida que han paliado la nostalgia de viajar
y refrendar que querer es poder sin pensar en las consecuencias futuras.
Ahora una lágrima me acompaña. El recuerdo se rememora en mi
visión perdida en la lejanía. Todo lo añorado se hace frescor en mi cuerpo
despoblado de pensamiento de realidad . Sólo tengo mi mente puesta en la hortensia que florece en la mañana, en
ese mar bravo que da suavidad a los cuerpos desnudos, en esa frescura que ha
calmado el desgarrador calor del sur.
Respiro en la mañana. Mis ojos puestos en el horizonte desean
ver lo que las mañanas daban. Ver como la niebla era la compañera que saludaba
al despertar. Notar como la cálida lluvia daba una melancolía al día....ahora
el sol lo cubre todo. La calor desnuda mi cuerpo y no quiero salir a ver el
mundo. Una gente que se apresura en sus quehaceres para evitar el caluroso
manto que expande un sol incombustible.
El verde de los montes se ha convertido en olivares
sedientos y expectantes a una lluvia que no llega. La tierra árida desdibuja
mis ojos y mi mente se evade a la resplandeciente hierba que luce entre campos
de maíz y pactos para que unas vagantes vacas disfruten de la paz mientras
comen en libertad.
Surge el frescor en mis pies. No por la bajada de la
temperatura de mi tierra, sino por el recuerdo de estar paseando por la orilla del
mar. Entre las olas que llegaban para hacerme sentir como si un sueño se
hiciese realidad, sentía como mi pecho era impregnado de una respiración llena
de pureza. Mi adentro se abría a cada bocanada de aire del Norte lo que me
hacía sentirme elevado en la satisfacción y en alcanzar un peldaño más en la
vida. El ruido de las olas no dañaban mis oídos. Era como una melodía sin
pesadumbre. Recorría los ríos de mi cuerpo con sensaciones como si fuese un
beso de mujer.
¡ Qué lejos queda todo !
Ahora el calor cambia mi semblante. Se demacra el latir de
mi corazón y quiero bañarme en recuerdos para que pase pronto el tiempo. Necesito
dejar la pesadez de los pensamientos hostiles y empaparme del valor para expandir mi visión
a una tierra que satisface la convivencia. Modificar el transcurso del vivir y
armarse de fortaleza para hacer de unos días el apetecible recuerdo de todo un
año. Hay que gestionar la vida para el disfrute de esas emociones que nos aguardan
en determinados lugares y así hacer del
paso de los años una positiva existencia. Quedará el recuerdo porque tu corazón
pertenece a una tierra muy lejana de la añorada pero lo vivido es algo que ni
el tiempo se apoderará de ello.
Ya mis lágrimas se han evaporado. La sonrisa calma mi pena.
Como dijo una voz en estos días de felicidad: - " mi tierra está aquí, no se la van a
llevar y siempre podrás venir" -
Armaré mi cuerpo de valor
llegado el momento y emprenderé un nuevo conocimiento. Esa tierra soñada, esa
tierra querida, esa tierra que me embriaga.....esa tierra que me da alegría
será un objetivo a perseguir. Dicen que alguna vez se cumplen los sueños, igual
está vez me toca la recompensa de lo soñado...
---- paco polonio ---
El tiempo es un gran aliado. Va cerrando heridas pero el recuerdo con la cicatriz que dejó esa brecha tan dolorosa, no se borra y nacerán nuevas ilusiones para deja recuerdos bellos entre esos que quisiéramos olvidar para volver a sentir la hierba fresca bajo los pies y alcanzar ese sueño...y después, volverán a surgir otros.
ResponderEliminarMe ha conmovido mucho tu entrada
Saludos