A menudo, mis sentidos me hacen aceptar las cosas que se muestran en un vivir. Trasciende lo cotidiano y ningún hecho altisonante cambia lo que sucede a mi alrededor.
¿ De qué nos sirve el enfrentamiento con el semejante ?
La vida no es una competición, ni una batalla por posiciones que adquirir, ni fronteras que derribar con el fin de lucrarse.
No vale la pena ensalzarse con cual debemos compartir un vivir. Nada satisface si emerge la desconsideración y nos olvidamos que la paz es el camino para la convivencia.
Al adquirir el respeto necesario que nos lleve a la conciliación, el mensaje de unión perdurará.
La libertad será un sentir mutuo haciendo valer la concordancia de afectos y así, satisfacer todo lo bueno que hay dentro de cada cual.
El procedimiento de afecto debe emerger sin soberbia. Es como un callejón cuya salida requiere comprensión para lograr el fin de los objetivos marcados en un apacible vivir.
Cada día es un muro que derribar y crear una constancia en los sentimientos. Las apreciaciones de la mañana deben conjugarse con las de la noche para crear buena armonía y evadirse de errores en momentos concretos.
Las cosas suceden por impulsos que llevamos intrínsecos. Si cambias de pensamiento, todo se encamina hacia un espejo donde se refleja la maldad de los actos. Esto, constituye una imagen que deteriora el concepto que se crea en la vida caminando paso a paso.
¡ Comprender lo que se ve es ser conscientes de la realidad !
El conocimiento de las palabras llevan a salir del mecanismo incomprensible que supone la rutina del neutro saber, así, lograremos estar en concordancia con lo mundano y valorar lo que somos y damos.
---- paco polonio ----
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