Abro mi ventana . Nubes negras acaparan el cielo. Mi pensamiento se acopla a su color y las proyecciones luminosas se tornan dubitativas.
¡ Se desploma mi alma !. Los colores del cielo hacen de la situación un contraste . Situaciones críticas de las que quisiera salir para enredarse en la coherencia que busca el latido de mi corazón. Todo lo que ronda en mi cabeza es un paisaje de decepción. Un desahuciado amanecer que acuna un rocío sin gotas de alegría y me hace ver en el firmamento un mundo vacío que me lleva a recordar :
- ¿Que sería el mar de corales sin los colores de la vida? -.
Resurgí del vacío es mi deseo porque quisiera ver la exquisitez del radiante sol en el cielo. Observar su brillantez y ver reflejada cada meta por alcanzar. Ser participe de un mundo de ilusión que llevase a mis sentidos a la superación de experiencias llenas de desdenes imprevistos. Pero oteo el horizonte; me encuentro que la siembra de los sentimientos no han dado los frutos requeridos.
Cada gama de oscuridad me transporta a la debilidad, a notar espinas que se adentran por todo mi cuerpo. Eso me llena de incapaces actos de superación, de los cuales, mi temperamento no encuentra camino para salir de la espiral en la que estoy sumido. Ver relucir un cielo azul es lo que anhelo. Verlo lleno de los colores con tonos de emoción y bienestar.
Quizás me sienta abrazado a un otoño desangelado . A un cataclismo emocional que hace que vea desgranarse mi pensamiento. Notar que mi camino va concluyendo como cuando el cielo se despeja de las grises nubes dejando paso a un manto de luces.
Todo me sabe mal, y se adentra en mi pecho, para ya no sentir alivio por nada. Toda la riqueza obtenida del mundo de los sueños se divaga muy lentamente. Cada minuto se hace horas sin alivio. Los males atañen sin saber cómo suceden. Ahora es mi mente la que está nublada e inmersa en un manto de nubes dispuestas a derramar un agua que no es satisfacción.
Cada minuto, cada hora, cada día.... apatía en el cuerpo. Ausente firmeza que voy encontrando. En lugar de encontrar felices momentos, rondan males que me tienen frágil. Aparecen nubes que producen descargas de rayos sin veracidad. No entiendo y comprendo porque todas las palabras no tienen acoplo en la amabilidad y las sonrisas dan luces en un firmamento de cariño....
Así dicen : " La locura es la divinidad de la vida ".
Veo que las vivencias cotidianas están llenas de prejuicios y sin colores. Lo mejor es que llueva para que vuelvan a ser libres y así sonrían para no ser polvo en el camino sino temperamento con firmeza. En el fondo, veo que mi camino va llegando a su fin por crear nubes sin colores y palabras que se pierden en el vacío.
Hoy, acoplado a la noche, ya no tengo aliento para crear esa satisfacción en las nubes de amor. Mi cielo se ha vuelto inmerso en desapacibles semblanzas. Ahora solo queda ver llover para despejar las dudas que me rodean y así descubrir mañana un nuevo día que haga tener nubes de felicidad.
Siento que mi camino va llegando al final.... ¿ Cuántas nubes seré capaz de crear y así librarme de este pensamiento ausente de color?.
---- paco polonio ----
Deja de buscar entre las nubes presagios de malos pensamientos,es mejor encontrar a la luz del sol las maravillosas cosas que la vida seguramente te traerá.
ResponderEliminarSiempre hay nuevos caminos que recorrer para el que es capaz de pintar con palabras los colores del amanecer.
Un abrazo.