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domingo, 29 de abril de 2012

Al decirte adiós, muero...



Al decirte adiós, muero por dentro como si se marchitase mi alma en un crudo invierno. ¿No sé como puedo vivir al saber que ya no te tengo ?. El impulso de saber que tu pensamiento me busca me lleva a tener la añoranza de tu pelo al viento y no ser visto por mis ojos doloridos.
Ya suplican las letras que salen de mi caridad con un llanto sin consuelo. Suplico al destino que vuelva esos ojos negro para que se posen en mi regazo y así regrese mi pensamiento a ser el que nunca debió dejar de ser. Es mi afán de sentirme amparado por tu cariño que ambiciono tener la verdad de tus besos. El extrañarte en las noches, me cubren de silencio y en las mañanas, desfallezco mirando esa cama que me hace sufrir con lágrimas que buscan tu latir...en la inquietud por tu ausencia me desconcierto creándose un vacío que ya no ubico donde están esos ojos por los que tanto suspiraba.

Morir deseo
porque vivir es un sin vivir.
Una angustia que me impide
satisfacer el despecho de penumbras
en las que estoy inmerso.
Mi residencia es la apatía más tenebrosa
me lleva a saborear las penas mortíferas
que se producen en una vida sin ti.
Ya muero sin piedad
al no depositar tu mano en mi pecho.
Mi silencio hasta me descentra
y las palabras internas que buscan tu sendero
solo encuentran el olvido.

La lejanía me traslada a un mundo lleno de habitaciones por abrir donde me atrapa una fuerza opresora que produce tinieblas en mi trascurrir diario. Doy pleitesias a la muerte que me aconseja y que me abre sus brazos malvados pues encuentra mi espiritu maltrecho y ausente de amor que ya no quiere salir de mi.
Aliado con mi soledad, vago por voces que no suenan en mi corazón sin embargo saben a puñaladas de recuerdos. En mi mente se va construyendo un espejismo de vida del cual no saldré si tu aura bendita no la ven mis ojos relumbrar en las montañas de mi consuelo.

Adosado a mi piel llevo tu abandono
y los besos en mis labios ya no saben a amor
pero llevo dentro el latido de tu vivir
que sufro de pensar en ti.
Es un deseo ver acariciar el día
para aferrarme a la cruz de la esperanza
que me traigan tus ojos negros.
Al llegar tu mirada
saldré del malestar que me atrapa
por el idilio que se fue por la vía del desamor.
Quiero residir en la espera venidera
que me traiga lo que nunca tuvo que tomar
el camino del olvido.




--- paco polonio ----

1 comentario:

  1. Plantearte esa decision es dura, porque aunque digas adios el corazon sigue latiendo y suspirando por su amor, lastima que la otra persona no llegue a captar la esencia del buen amor, ese que perdura el resto de nuestras vidas, porque es autentico..
    Besitos

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