Estoy en tu cuerpo....y te quiero.

Con ese suculento amor que depositas en mi, incrementas múltiples alicientes para caer rendido a tu cuerpo.
La exquisitez de tu piel dispara mis deseos y sólo se calma mi ansiedad al tenerte agazapada entre mis manos.
Te abrazo. Entregados en cuerpo y alma, nos sumergimos en un frenesí impulsivo.
Con suculentas caricias abordo tus senos alejando ese nerviosismo inicial... ya en ellos, el tacto en los pezones hace que la excitación te suba entrando tu interior en un acaloramiento intrépido.
Fluye una corriente alentadora que va de pies a cabeza cargada de placer. Provoca un conjunto de estímulos tanto perseverantes como desbordantes que consiguen llevarte a una palpable humedad en tu entrepierna.
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Fulminantes besos me llevan a estar atrapado en tu boca.
Me acuno en tus labios con el fin de obtener el mejor sabor de tu entrega.
Tu mirada me seduce.
Esos suculentos ojos me llevan a un mar de amor del cual no quiero liberarme.
Me acoplo a ti con precisos besos y caigo rendido a tus imperiosos deseos.
Mientras nuestros labios se funden al encuentro del delirio bucal, el fuego embrujado me cubre todo mi cuerpo... más logra cuando te pones encima de mí con la disposición de hacer el amor.
Tu desnudes, ese aroma a mujer y esos ojos provocadores me seducen sin contemplación para caer rendido a ti.
Deslizas tu boca por mi pecho desnudo con el objetivo de producir unos espasmos sensuales y sensoriales que hagan
que mi miembro no pueda contenerse.
Colmado de pasión reluce entre tu mano.
La masturbación no se demora mientras tus ojos me brindan
una excitación contundente.
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Sin poder contener el aliento, los gemidos derrotan al silencio
y me desvanezco ante tus toques manuales.
Un abrazo nos une logrando un disfrute subliminal, y más estimulaciones logro, cuando tu lengua recorre mi cuello y el lóbulo de mi oreja en acciones desconcertantes.
Me besas...de tu boca sale esas palabras que aguardo con tesón:
- ¡ Hagamos el amor hasta que caigamos rendidos por el placer ! -
Los movimientos se suceden acompañados de ansiosas maniobras corporales complaciendo los cuerpos al encuentro de las sensaciones sexuales.
Saboreo tus labios en un profundo beso...tu mano consigue que mi miembro halle el camino hacia tu sexo.
Nos fusionamos con el consecuente brotar de gemidos.
Nos regocijamos en la copula intensa con exhalaciones de palabras que evidencian el puro amor que posee nuestros corazones.
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La culminación nos deja en una extenuación alarmante con la piel empapada en el amor entregado.
Te beso....me besas.
Nuestros labios se recrean como finalidad de lo expresado en el placer.
Es el premio tras un fornicar incesante.
Las sensaciones amorosas han corrido como gotas de agua que van al mar.
El abrazo nos une con miradas que se desean y el nuevo beso nos colma de felicidad.
Unidos quedamos al amparo de la noche con las ganas al servicio del momento para volver a encontrarse mutuamente en el placer.