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domingo, 27 de octubre de 2013

Contra la violencia de género.

Una voz explosiva crea un vacío que perjudica la comunicación. Ante las voces, el silencio atemorizado deja de ser inquilino de un hogar que ha perdido el sentido de la cordialidad.
Provocación, desgarro, sufrimiento....dolor. Todo un computo de malos presagios que hacen de la felicidad un estado inalcanzable y cuya demora se hace eterna.
Vuelta a gritos, discrepancias, temores y amenazas...ya en la mejilla una lágrima tras otra forma un caudal de angustia que no tiene remedio, pues, el miedo cohíbe la situación familiar con tendencia al mutismo, soledad e incomunicación ante el que iba a ser lo más preciado de su existencia.
 Los hechos de lo padecido llevan a la indignación y a sentirse en una ingratitud personal que se asume sin desearlo.
Un sin vivir deteriora corazón, cuerpo y alma.
La desconsideración se apodera de los días. El sueño se evade al pensar que un susurro pacificador puede llegar buscando la denigrante acción sexual... en ese estado de vejación, la mente no concibe la coherencia y la deshonra conduce a maldecir el encuentro de una noche de verano.
El miedo se acopla en las paredes.
Con la llegada del amanecer, la esperanza de un nuevo vivir parece que cambiará lo acontecido, aunque, los atenuantes que provocan ese desgarro inhumano complementa acciones que no tienes sentido alguno... La situación laboral, problemas personales, vicios e, incluso, el egocentrismo propio del que disfrutar con el sentimiento de superioridad, hacen que ese plácido amanecer no sea como se desea.
Llegado el ocaso del sol, vuelta a empezar.
Acoso, violencia, ultrajes...desconsideración e humillación.
Los falsos testimonios de mejora que surgen ante la insinuación de abandono o denuncia, solo acallan los gritos en un periodo de tiempo, pero en la mente ofensiva, la subordinación enaltece más el impulso a no sentirse rebajado a plegarias ni soluciones individuales ni conjuntas.
 El hombre maltratador al verse acorralado por acusaciones, requerimientos y amenazas por parte de la mujer con la cual prometió, delante del Todopoderoso, crear una vida hasta la muerte, le llevan a la piedad, perdón y clemencias insulsas; mientras todo parece resuelto, se convive con la nulidad de lo pasado, pero.... ¿ hasta cuándo ?
Las propuestas surgidas para el nuevo hallazgo de la convivencia se evaporan con el grito de una voz ultrajante e injuriosa que pide y exige sin saber que sale por su boca.
Ahora, ya comprende que la razón no existe. Que la postura conciliadora no va con esa persona que sumergida en su mundo denigra a lo que debería ser su compañera.
Las inquietudes se viven a cada momento, se delibera el qué hacer y se acercan posturas cuando los pasos se oyen marchar, aunque .... ¿ qué sucederá a su regreso ?
Tras los nuevos gritos, intimidaciones, ultimátum y acciones míseras, sólo cabe la fuerza para decir basta a tanto tiempo ultrajada por el que iba a ser mi sueño. Aunando posturas para conciliar la voluntad de superación, el camino firme ha de ser la acción judicial que ponga trabas a un hombre que golpea sin consideración. El sentirse arropada conduce a una liberación para solventar y no hacer callar lo que todo el mundo conoce. Se dicen las cosas frente a frente y mil perdones  no dosifican unos hechos pasados. Un llanto acusa al agresor buscando que sus ojos no se crucen en su mirada.
Un proceder muy ingrato es tender la mano para con la otra golpear. Las fértiles palabras que hacen declinar los sinsabores de momentos tediosos es a lo que no hay que agarrarse, pues cuando la calma se haga eco de las consignas, un día volverán esas voces que ensordecen al corazón.
Se confirma la unión, aunque, el rechazo se agudiza con la capacidad de hacer daño para luego buscar el perdón.
Nadie es más que nadie, ni nadie está bajo las órdenes de ninguna persona tanto en lo personal como en lo colectivo...libre somos y el dolor no se puede cebar en un cuerpo que llora desde las horas del día hasta las horas de la madrugada.
Reconociendo errores se llega a la capacidad de augurar un tiempo feliz donde la ayuda se hace con una mano que te lleva a la calma y la paz. Surgirá el llanto por la situación y desahogarse será la mejor manifestación posible para liberarse del temor, del miedo y la humillación... lo sufrido en una convivencia sin sentido tras cambiar los hábitos normales de un principio solo lo conoce el que lo padece, por lo cual, no hay que poner la otra mejilla sino decir basta.
No estamos atados a vivir con el miedo y debe ser una mujer capaz de levantarse para hacer que la situación desaparezca porque la vida es muy bonita y en un grito, la muerte puede hallar.
¡ Tú, que golpeas,
llora con dolor en tu corazón
y sabrás la maldad que infringes !

paco polonio.

CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO....

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