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jueves, 18 de octubre de 2012

Encuentros con la Santa Compaña.



El frescor de la mañana ha irrumpido en mi despertad con la calma de una claridad que avanzaba por el horizonte. En el cielo, las nubes ocupaban gran parte del espacio azul . Al incorporarme a un nuevo vivir he quedado en mi ventana con la mirada puesta al frente. Me cautivaba ver como se aproximaban las nubes mientras pensaba por qué no podría caer la lluvia que tanto se deseaba. El pesimismo me ha rondado aunque recordaba lo vivido y mi pensamiento ya veía con optimismo el reencuentro con el agua del cielo. En el trascurso de las divagaciones, en mi mente se ha creado confusiones ostentosas que se han visto inmersas en un vaivén de conjeturas donde la unificación de criterios me ha llevado a no aclarar nada de lo acontecido en el día anterior. 
Era de noche. Caminaba pensando en las adversidades que me daba la vida y la ausente motivación que cubría mi existencia. De pronto, unas sombras caminaban junto a mis pasos. Solo estaba tranquilo bajo el amparo de unas farolas que aun no dormían. Quería andar pero cuanto más ímpetu ponía más absorbían mis pasos acercándome a ellas. Sin poder continuar la fatiga se ha apoderado de mi fortaleza pero me enfrente a esas sombras. Caminaba hacia ellas sin pensar en lo que me pudiese encontrar. Cuanto más me acercaba iba distinguiendo quienes eran : - La Santa Compaña -. Caí derrumbado en el suelo. Estaba estupefacto, entumecido, como si se me fuese congelado todo mi interior. Mi corazón ya no latía. Sus latidos me habían abandonado y no encontraba la explicación adecuada a mi vivir si mi corazón no producía latidos . 
El frío me abrazaba todo mi contorno. Hacia mi se ha acercado una de las ánimas . Su porte erguido hacía una imagen tenebrosa, con un perfil macabro...Mientras llegaba a mi encuentro, yo miraba el féretro que llevaban. No podía ser real lo que estaba pasando. Al estar frente a mí, con un gesto de su mano ha señalado al féretro que ya se había abierto. Miré con cautela. Salía un resplandor intenso y observé que era mi corazón. Latía con su normalidad. Quedé con escalofríos y el miedo me recorría cada músculo de mi cuerpo. Los nervios me desbordaban pues no sabía qué estaba pasando. El olor que había alrededor era inquietante. Te hacia estar ante la mismísima muerte... 
Sin mencionar palabra, me incitó a acercarme . El frío persistía. El debate en mi mente surgió, pero ¿ qué podía hacer ?; hipnotizado me sentía por aquel hecho que estaba presenciando. Era como dar vida a una leyenda que me contaron hacía tiempo. 
Con paso firme avance hacia donde estaba mi corazón. La calma me fue acogiendo aunque cubierto de dudas. Pasé junto a aquel ser sin rostro y el desconcierto me perseguía . Al paso de los segundos, toda la sensación abstracta que tenía iba desaparecido tras aquel gesto . Me acerqué y vi el latir de mi corazón. Cavilaba aunque permanecía en silencio. Con su mano esquelética agarró el corazón que brillante aparecía como una estrella en la noche . Lo acercó a mi pecho y de forma misteriosa lo introdujo en mi sitio. Noté como sus latidos resonaban en mi adentro. Me sentía con más vitalidad , con más fuerza para vivir. 
Entre el silencio de las animas surgieron las palabras de aquel espectro de muerte:
- ¡ No permanezcas en la oscuridad con tu pensamiento y alegra tu corazón por la vida que vives. Supera cada obstáculo que puedas recibir en el transcurrir de los días. Consigue estar con el optimismo siempre dispuesto a hacer claudicar los infortunios que puedas obtener. No pienses que la vida se acaba, piensa que las soluciones pueden existir si se aclara tu autoestima. No reniegues de la vida creyendo que sólo estarás con la paz interna si mueres....! -
Sus palabras me desconcertaron. Estaba con vigor pero no articulé ninguna palabra.
- ¡ Hoy, la suerte está de tu parte. Siente que eres afortunado por recobrar la vida. La próxima vez acompañarás a tu corazón y de ese féretro no podrás salir. Nos acompañarás hacia el olvido para sufrir por los pecados que cometes por pensamientos desvalorados y pesimistas. Ahora continua tu camino y piensa en cuanto te digo ! -
Quería abandonar aquel lugar lo más rápido que pudiese. Deseaba ver los rayos del sol extenderse por las colinas y disfrutar de unos calurosos momentos. El frío no hacía acto de presencia aunque un aire calmado acariciaba las copas de los árboles. No me paré a ver si me seguían. Al llegar a casa sólo me apetecía dormir y olvidar. Esperaría al nuevo día para hacer de los deseos una superación diaria.

---- paco polonio ---

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