Sonata Nocturna.

La noche se presentó fria , el cielo dejaba caer una fina lluvia que presagiaba un tiempo nada propicio para andar por las calles , pero la chica de los ojos azules caminaba sin rumbo fijo. Su cabeza agachada y con su mente en un lugar diferente por el que pasaba ,la situaba en un estado de confusión que ni ella misma sabía que hacía en la calle. Sólo le apetecía llorar y llorar. Unas luces pequeñas , colocadas en un cartel, le llamó la atención: "Rincón Musical". Era un lugar donde se podía tocar música, según anunciaba una placa de madera con un estilo muy vanguardista. Decidió entrar y evadirse de sus problemas personales.

En un rincón del local, una música dulce y encantadora hacia las delicias de los oyentes. Un hombre al piano tocaba los mejores preludios de Chopin . Las personas, que allí se encontraban ,conversaban sobre sus temas sin prestar atención al músico pero sus tonos de voz bajaron mientras el pianista ejecutaba sus piezas. Era un ambiente muy bohemio donde se podía hablar y escuchar música, en directo, a la vez. En el escenario, había una serie de instrumentos que eran utilizados por "músicos improvisados" que subían para ofrecer sus propias composiciones. El público, siempre muy respetable, nunca deliberaba en lo bueno o malo de los temas; le limitaba a escuchar y en continuar con los temas que estaban tratando con sus acompañantes. Los instrumentos eran: un piano, una guitarra clásica y otra eléctrica, una flauta travesera y un bajo. Un cartel advertía que la música debería ser blues, jazz, clásico y rock, pero a menor escala, en definitiva, música muy tranquila para que el ambiente fuera agradable.

La chica de los ojos azules fue directa a la barra. Su bebida favorita era un cóctel, sin alcohol, que el camarero le dijo bien como se pronunciaba su nombre. Esto hizo que lse sonrojase y comenzará una conversación entre ambas personas. Ella fue entendiendo el ambiente de aquel bar y puso su mirada en el pianista, pues tenía una destreza en la forma de tocar el piano insolita en un músico improvesado. El camarero le informó que era asiduo al bar y todas las noches amenizaba un rato a los clientes con un magnífico repertorio.
En esos instantes la música cesó, el hombre se acercó a la barra y se situó en el único espacio que quedaba libre; justo al lado de la chica de ojos azules. El, con mucha educación, le pidió permiso para situarse en ese espacio libre, pues pensaba que esa chica estaba acompañada.
¡ No, estoy sola! fueron sus palabras. ¡ Gracias! ¿puedo invitarla a una copa?. Si , contestó. John, ¡ refréscanos el alma!, le dijo al camarero.
La joven hizo un cumplido a la forma de tocar de este misterioso hombre. Entraron en una distendida conversación que les llevó un buen rato hablando de música, pues ella tenía algún conocimiento. El pianista volvió al escenario y le pidió a "su acompañante" que no se marchase .

-¡Te va a gustar estos sones que voy a interpretar! -le susurró.

Cogió la guitarra clásica y comenzó a tocar piezas de Andrés Segovia y otra piezas desconocidas para ella. Su fascinación le hizo olvidarse de todos los problemas que llevaba consigo antes de entrar en el bar. Todo se había esfumado y su sonrisa volvió a su cara. Estaba en un éxtasis, producido por la música, que su cuerpo se sintió completamente relajado. ¿ Quién era aquel encantador y misterioso interprete que ejecutaba la música con una maestria digna del mejor maestro ?. A su regreso, felicitó al guitarrista por sus bellas melodias. El le dijo que lo había inspirado. Seguidamente la invitó a una copa en su casa para enseñarle unas composiciones que tenía en proyecto y que no sabía como terminarlas. Ella aceptó.

Su casa era un ático . Posesía un piano, varias guitarras, tanto eléctricas como clásicas y varias flautas. Inmediatamente pensó que aquel individuo no era un músico de bar. Se sentaron y tomaron una copa; ella un refresco y él, su habitual Whisky escocés. La conversacion se hizo distendida y la música era el principal tema; ella ,muy cauta, le refirió que su maestría no era propia de un hombre común que va a un bar a tocar piezas improvisadas. "El maestro" le fue contando la verdad sobre su historia. Era un músico profesional que llevaba varios meses en una profunda depresión pues había tenido problemas sentimentales, musicales y monetarios. Su momento creativo se había esfumado y le invadía un profundo pesimismo en todo lo que componía. En el bar, interpretaba cosas conocidas por los oyentes pero apenas nada de sus propias creaciones. La chica de los ojos azules le pidió que tocase algo al piano. "El maestro" comenzó por "Para Elisa", seguida de piezas de Grieg y de Bach. Ella abrió la ventana para percibir el frescor de la noche y de repente, las melódias fueron desconocidas para ella. Tocaba unas hermosas estrofas donde los si bemoles, los contrapuntos y los sostenidos flotaban a su alrededor en un enternecedor hilo musical digno de los dioses. El iba anotando y tocando a la vez; ella no pronunció ninguna palabra. Acabado el repertorio nocturno le comento que le había servido de inspiración. Ella cogió la flauta travesera y comenzó a tocar. "El maestro" la acompañó con el piano y sus melodias se fusionaron creando unas melodias que hicieron que las estrellas aplaudieran pues las nubes habían dejado de llorar y el cielo se había despejado. Cuando cesaron , él la beso y le dijo que se encontraba en una estabilidad emocional ,tan grande, que estaría componiendo toda la noche. Le sugirió que se quedara a pasar la noche pero ella contestó que no podía quedarse. Sin embargo , mañana, volvería a verlo. Se despidió y cogió el ascensor y se marchó. La noche se le había hecho corta pues había estado muchas horas componiendo nueva música. Las melodías volvieron a su cabeza y su inspiración le hizo ser mejor compositor. Todo aconteció muy rápido pero tenía que aprovechar el momento. Volvería a verla y que fuera musa de su renovada ambición por componer. Si ,volvería a verla, se dijo.

La chica de los ojos azules llegó a su casa diciéndose porque no había aceptado la oferta del músico de quedarse en su ático a pasar la noche. Ella se sentía muy llena de fantasias musicales, emocionales y aún disfrutaba de su inesperada noche. No reparó si llovía o si las estrellas relucían como nunca. Sólo pensaba en "su improvisado músico".¡ Lo volvería a ver mañana !. Si, volvería a verlo, se dijo.