El hombre del Acantilado.

¿Dónde estoy ?... Todo era confuso y la oscuridad me confundía. Esto provocó que mi cuerpo deseara levantarse y salir de aquel estado de inquietud en el que me encontraba. Con un suave movimiento, me levanté y la sensación de mareo fue en aumento. Tuve que apoyarme porque mi destino era el suelo. Oía ruidos a mi alrededor que se presentaban confusos como si el mar me rodease, la confusión y el mareo me torturaban sin poder hacer nada razonable. Con el paso del tiempo , todos mis sentidos fueron ordenándose y cada uno comenzó a actuar coherentemente. ¿ Dónde estaba ?.
Mi ropa estaba mojada. Esta sensación me hizo recordar que estaba en el acantilado divisando el apacible horizonte y la calma que tenía el mar. De pronto , unas voces rompieron el maravilloso silencio y me llamaban. En mi incertidumbre, dudé si irme o quedarme. Quizás fuese una alucinación las voces que me pedían que saltará y que me reuniese junto a ellas.
El viento, antes calmado, comenzó a ser fuerte ante mí produciendo remolinos corriendo el riesgo de caer . El mar se despertó de su letargo provocando gigantescas olas que azotaban el acantilado. - ¿ Qué ocurría ? - .
Las voces se intensificaron llamándome para que las acompañase a un lugar fantástico que jamás hubiese imaginado. De pronto, me encontré volando como una gaviota y cayendo hacia el agua. Algo me había empujado al vacío sin notarlo. Un violento golpe me hizo perder el conocimiento . Hasta ahí es lo que recordaba.

En mi desesperación , unas luces se acercaban dando luz a mi habitáculo y por fin comprobé que estaba dentro de una cueva . Del agua salieron unos brazos animándome a seguirlos. Me sumergí e intenté seguir a las luces en la distancia para no perderlas. Salí de aquel túnel descubriendo un paisaje marítimo espléndido. Peces de toda variedad de colores, corales como nunca había visto, plantas marinas que se balanceaban con una elegancia que parecían bailarinas...El agua era tan limpia que se podía ver a una distancia considerable.

¿Dónde estaban las luces que me llevaron a este lugar ?. ¿Cómo podía estar sumergido a esa profundidad y respirar perfectamente ? Con tantas preguntas, me olvidé de las luces y quise subir a la superficie para buscar sentido a todo lo ocurrido. Entonces, mis piernas fueron agarradas y me impedían subir. Miré hacia abajo y percibí la belleza en forma de dos preciosas sirenas que sujetaban mis extremidades. Me soltaron para que me calmase pero sólo quería buscar la superficie para tranquilizar todo mi cuerpo . Al llegar y notar el aire puro me sosegué pero repentinamente las dos sirenas se pusieron frente a mí. Una de ellas me dijo : - ¿ No te ha gustado lo que has visto ?.- . Contesté : ¿ Pero habláis ?, ¿Sois reales ?. Eran bellísimas. Una con el pelo negro y otra con un rubio brillante precioso.

¿Que queréis de mí ?, pues sólo soy un humilde pescador, ya retirado, que añora el mar y que se encuentra con una soledad tan grande como inmenso es el mar. La sirena morena contestó : - ¿Quieres venir con nosotras a nuestro mundo maravilloso ?.

Nadie supo jamás que pasó con aquel marinero que todos los días iba al acantilado a ver el mar...Unos decían que se había marchado del pueblo sin decir nada pues tenía familia en cierto lugar, otros comentaban que había saltado al mar, que era su pasión, y que éste se lo había llevado, otros que había muerto en otro sitio.... nunca se volvió a ver a aquel hombre. Sólo pescaba para subsistir y le encantaba la naturaleza marina.

Con el amanecer, decían los que rondaban el acantilado, que se veía, en el horizonte, tres figuras que jugaban y se marchaban de ese lugar, pero que nadie sabia si eran reales o imaginarias.

autor: Silencio.