Suena el piano y me emociono.

Cae la tarde. En mi se acoge las consignas musicales que escucho.
Esa calma me transmite palabras y quiero compartirla contigo.
Esa sublime ráfaga de paz influye en mi andar por estas horas. Siento la música y me lleva a una dimensión donde todo se justifica hacia el clamoroso bienestar. 
Se liman asperezas de lo vivido en la crueldad del día, surgen esos sonidos que entusiasman y recibir una gota de melodía, es la mejor forma de llegar a un estado emocional.

¡ Se endulza mi pensamiento !. 
El estar cómodo me libera. Me encamina hacia un estado en el que soy yo mismo y ahí me gusta estar.
Cada minuto es una solvencia infinita. 
Nada consigue irrumpir en lo acontecido en mi mente ni en lo que absorbe mi espíritu de ese piano que a lo lejos se escucha. 
Los resquicios se olvidan. El bienestar es la máxima expresión...
¡ Suena la música !
Un conjunto de gratas sensaciones propicia la liberación de sentimientos .
Corre por mis venas ese caballo llamado río de agradables estímulos. Mi sangre se acoge a la naturalidad y consigo aislarme de ese mundo que aguarda tras la puerta....¡ No quisiera salir !
Deseo ser partícipe de ese mundo que da el sonar de las olas, del vuelo de una gaviota y las palabras que surgen del mar.
¡ Quisiera volar,  más soy de tierra y sólo puedo navegar !.
Suena esta melodía dando ese alcance de melancolía.
Suena con la expresividad del reflejo de sentimientos que acontecen dentro de mí .
En esta tarde de invierno quedo perplejo por estas notas que me llevan como el mar a un regalo añorado.
¡ Suena la música ! 
Se desborda esa lágrima que da felicidad a este vacío que me secunda. Noto como me seduce la melodía, cómo me transmite esa calma que propicia mi soñar, cómo alivia mi pensamiento y me siento que soy esclavo de cuantas notas dan el rocío a mi corazón.
En la cúspide de la paz me encuentro. 
Las buenas vibraciones me hacen sentirme conforme a lo que requiero. Escucho y me evado de este mundo...¡ quiero seguir soñando !

---- paco polonio ---