

Allá donde estés , te regalo una foto ,que se que te gustará. jajajajaja. Como buen hombre, una bella mujer es su soñar. Que sueñes por largos años, Amigo. Sé feliz siempre.... esperame !!!!.
Vicente Alcalá Viceo , era un chico mayor que vivía adosado a una silla de ruedas. Sufría una enfermedad que le impedía andar y sufría incapacidad para moverse. Si lo cogías de los brazos , si andaba pero con muchisima dificultad. Con sus manos podía coger algunas cosas, no todas. Su habla era dificultosa pues le costaba mucho trabajo articular su boca pero estando junto a él llegabas a comprender cuanto decía. Cogí mucha amistad con él pues iba a jugar al ajedrez a casa de mi tía que tiene un bar ( Las Palmeras ). De ahí , fuimos conociéndolo y conseguimos que se integrase en la pandilla que formábamos tanto chicos como chicas. Se sentía uno más... pero al final nos dejó.
Hoy , me acordé de él. Esta simple entrada va para su persona. Sin palabras bonitas , sin retoques y sin perfecciones... todo tan natural como él quería ser tratado. Siempre quería ser uno más . Amigo , cuidate.
EL LOBO Y EL PERRO
En busca de alimento
iba un Lobo muy flaco y muy hambriento.
Encontró con un Perro tan relleno,
tan lucio, sano y bueno,
que le dijo:
-Yo extraño
que estés de tan buen año
como se deja ver por tu semblante,
cuando a mí, más pujante,
más osado y sagaz, mi triste suerte
me tiene hecho retrato de la muerte.
El Perro respondió:
-Sin duda alguna
lograrás, si tú quieres, mi fortuna.
Deja el bosque y el prado;
retírate al poblado;
servirás de portero
a un rico caballero,
sin otro afán ni más ocupaciones
que defender la casa de ladrones.
-Acepto desde luego tu partido,
que para mucho más estoy curtido.
Así me libraré de la fatiga,
a que el hambre me obliga
de andar por montes sendereando peñas,
trepando riscos y rompiendo breñas
sufriendo de los tiempos los rigores,
lluvias, nieves, escarchas y calores.
A paso diligente
marchando juntos amigablemente,
varios puntos tratando en confianza,
pertenecientes a llenar la panza.
En esto el Lobo, por algún recelo,
que comenzó a turbarle su consuelo,
mirando al Perro, dijo:
-He reparado
que tienes el pescuezo algo pelado.
-Dime: ¿Qué es eso?
-Nada.
-Dímelo, por tu vida, camarada.
-No es más que la señal de la cadena;
pero no me da pena,
pues aunque inquieto
a ella estoy sujeto,
me sueltan cuando comen mis señores,
recíbanme a sus pies con mil amores:
ya me tiran el pan, ya la tajada,
y todo aquello que les desagrada;
é ste lo mal asado,
aquel un hueso poco descarnado;
y aun un glotón, que todo se lo traga,
a lo menos me halaga,
pasándome la mano por el lomo;
yo meneo la cola, callo y como.
-Todo eso es bueno, yo te lo confieso;
pero por fin y postre tú estás preso:
jamás sales de casa,
ni puedes ver lo que en el pueblo pasa.
-Es así.
-Pues, amigo,
la amada libertad que yo consigo
no he de trocarla de manera alguna
por tu abundante y próspera fortuna.
Marcha, marcha a vivir encarcelado;
no serás envidiado
de quien pasea el campo libremente,
aunque tú comas tan glotonamente
pan, tajadas, y huesos; porque al cabo,
no hay bocado en sazón para un esclavo.
"El pobre libre es más feliz que el rico esclavo, pues la libertad es tan estimable como la vida y vale más que todas las riquezas del mundo."
--- Esopo ---